2 de noviembre de 2011

Dama ella


Piel de arena por miedo a la luz de las nubes,
negros los dientes de tanto masticar
olvidando que la luz del sufrimiento daba la vida del dolor y el dolor de la vida.
Empanarse en las playas, descuidar las penas y llorar ante el sol.

Que bien la vida de vidas de otros pero más propia que nada,
que bien la vida de otros que sueñan con la de uno.
Lástima los sudores esfumados en sangre que duelen,
ojos pasivos del que no conoció los movimientos más amantes de la carne.

La lujuria sólo cobra amor confidencial
mientras que se yerguen en él la pena de lo sucio y el desorden.
Se lamen lenguas perdiendo cuidado del hambre y buscando en otras tierras
felicidades inentendibles.

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