16 de julio de 2011

Secretito

Las flores amarillentas que empapelaban tu nuca jamás te dijeron
que los gritos una vez callados, son hoy los silencios que pueden escucharse.
Embriagada de sueños ajenos
sin presente miras al pasado,
y te quedas sin futuro con tu miedo.
Si supieras que la margarita blanca y limpia de hoy
es la misma que la escondida de ayer,
no sabrías si las flores amarillentas de tu pared resquebrajada
fueron realmente tan silenciosas.

Y el tiempo se va riendo

Errores de miel por los años, me conmueven
quisiera ingerirte y tenerte dentro de mí siempre,
para cuando te necesite poder verte más rápido.

Te equivocas. Te caes o no sabes qué decir y te amo,
ver cómo te vas en presencia del vivir
cómo vas volviendo al misterio de la inocencia.
Tu irte es un regresar.

Quiero preguntarte muchas cosas sobre lo que hace que te equivoques,
decímelo, porque es bueno en tu cuerpo y a mí me da ternura.

Des

Es imposible desnudar la ira que desmiembra mi cuerpo
las secciones de mi espíritu y las lágrimas de tus ojos.
No se puede gritar más que un aire pudoroso e irrespirable,
no se puede inspirar más que polvo color ámbar.
Son sólidos los nudos atados de la cuerda en mi tráquea,
cuerda nacida en tu presencia.
Ahogo desmesurado.
Una tinta se petrifica en mis ojos tímidos, algo deja de recorrerme
y algo me corre.
Desarmar lo que me enfrenta, desgarrar lo que me afrenta
o afrentar aquello que me desarma.
Es imposible desnudar la ira que desmiembra las partes de mi cuerpo.
No he podido encontrar la llave del alarido
y es fuerte  la contrición angurrienta que frena, en un instante fúnebre,
los diminutos intentos de mi respiro.