No puedo pedir permiso
para brillarte en los
ojos,
quisiera desearte
y que no te olvides de
mi.
No puedo engañar
a las ganas de amarte,
cuando es de jazmín
el perfume que olí.
Aunque las olas me
alejen,
las hojas retienen mi
imagen,
recuerdan los vicios
que amé disfrutar.
Estoy esperando
los ojos encendidos
la lágrima atenta de un
día feliz.
Siento que llega
el secreto a mi oído
y de un solo grito,
está por salir.
Aunque las olas me
alejen
las hojas recuerdan,
que fui un perfume
que en tu cuello olía
bien.