2 de noviembre de 2011

Dama ella


Piel de arena por miedo a la luz de las nubes,
negros los dientes de tanto masticar
olvidando que la luz del sufrimiento daba la vida del dolor y el dolor de la vida.
Empanarse en las playas, descuidar las penas y llorar ante el sol.

Que bien la vida de vidas de otros pero más propia que nada,
que bien la vida de otros que sueñan con la de uno.
Lástima los sudores esfumados en sangre que duelen,
ojos pasivos del que no conoció los movimientos más amantes de la carne.

La lujuria sólo cobra amor confidencial
mientras que se yerguen en él la pena de lo sucio y el desorden.
Se lamen lenguas perdiendo cuidado del hambre y buscando en otras tierras
felicidades inentendibles.

Ruego de bella guerra


¡Risas ahoguen las paces!
Desgajen sangres dolidas bailando en ellas
Y, ensordeciendo con carcajadas,
limpien, laven, hagan pureza de lo sucio.

¡Alegrías despojen lágrimas de sabor!
¡Róbenle paciencia al silencio!
Canten notas aberrantes y sinceras
que le mientan a los féretros.

Bella farsa


A la cuenta de tres ríete, yo cuento… uno, dos, tres.
¡Que bella la línea punteada y blanca que atraviesa tu rostro!
hace que los oídos que escuchan la música se unan para siempre.
Caminaré tu sonrisa con mis pestañas que respirarán de ella,
y nadaré en la saliva con la que regarás algún día mis labios para que no callen.

A la cuenta de tres ríete, yo cuento…uno, dos, tres.
Espérame,
quiero ser la lengua que esté dentro de tu boca para sentir tu alegría
para deleitarme siendo la miel de tu garganta cuando tosas mi nombre porque te duele decirlo.
No finjas ser feliz… víveme si es necesario, pero disfruta del reír.