A la cuenta de
tres ríete, yo cuento… uno, dos, tres.
¡Que bella la
línea punteada y blanca que atraviesa tu rostro!
hace que los
oídos que escuchan la música se unan para siempre.
Caminaré tu
sonrisa con mis pestañas que respirarán de ella,
y nadaré en la
saliva con la que regarás algún día mis labios para que no callen.
A la cuenta de
tres ríete, yo cuento…uno, dos, tres.
Espérame,
quiero ser la
lengua que esté dentro de tu boca para sentir tu alegría
para deleitarme
siendo la miel de tu garganta cuando tosas mi nombre porque te duele decirlo.
No finjas ser
feliz… víveme si es necesario, pero disfruta del reír.
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